Dejémonos de tópicos, me importa un carajo dónde nació Cervantes; eso sí, debemos admitir que es el gran (por no decir el único) reclamo de mi Alcázar querida. Y no será porque no tiene sitios bonitos para visitar, con una gran historia detrás; eso sí, dependiendo de dónde esté o quizá de quién gobierne, hay ciertos espacios que parecen carecer de interés. El Pasaje, tanto su interior como su cara menos conocida, es uno de los grandes olvidados.
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| El Pasaje visto desde la calle Independencia. Gracias Google. |
Por la parte que me toca, como alcazareña que soy, he decidido dedicar mi primer post a este lugar al que me unen los recuerdos y la familia. Lamentablemente el Ayuntamiento, no sé si por dejadez o por ignorancia, incluye sólo la siguiente información en su web: «Singular edificio de estilo modernista que fue destinado a fines comerciales a principios del siglo XX. Albergó la Posada de la Cayetana. La fachada, de tres plantas se articula en dos cuerpos simétricos divididos por un cuerpo central. Este último constrituye la principal parte decorativa del edificio, por su color y el motivo que lo recorre a los lados. El frontón con volutas a los lados con decoración vegetal remata el edificio». A mí lo que me remata no es la decoración vegetal, sino lo que constrituye y las repeticiones en apenas dos líneas escritas.
Lo reconozco, soy exigente. Todos cometemos errores, pero más grave que una errata me parece el abandono al que han condenado la calle, a pesar de su localización. Ejemplos puedo poner muchos.
El aparcamiento.
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| Señal «Excepto residentes». Gracias de nuevo Google. |
Si todo el mundo hiciera caso a las señales (a parte de que nos podríamos haber ahorrado esta crisis), en el Pasaje no aparcaba nadie, excepto los residentes. Y no es un invención mía, es lo que dice la señal que podéis ver en la imagen de arriba. Pero no es así, y para muestra un botón. Atención, pregunta: ¿cuántos coches hay en la imagen? Dichoso Google, ¡es un chivato!
En las siguientes fotografías, tomadas el 16 de agosto, a las 19:46 y una hora más tarde, podéis ver que poco ha cambiado. He difuminado la matrícula y otros motivos para preservar el anonimato del dueño del vehículo.
Entiendo que los negocios en la Plaza y en la calle Independencia aprovechen el Pasaje como zona de carga y descarga, pero ¿durante cuánto tiempo? Otros aparcan sin importarles si dejan espacio o no para que los vecinos puedan salir de sus propias viviendas. ¿Qué pasaría si hubiera una urgencia? ¿La ambulancia tendría que esperar a la grúa? ¿Estamos locos?
Los desconchones y las pintadas.
En las fotos anteriores podéis ver un gran desconchón en la zona de la derecha. Afea bastante, ¿verdad? Y es que al Pasaje no le vale solo con un lavado de cara, necesita algo más. ¿A qué espera el Ayuntamiento para tomar medidas?
Sobre las pintadas, no os preocupéis. Ahora no puedo mostraros ninguna, pero en mi próxima visita prometo fotografiar todas y cada una de las obras de arte que adornan la calle.
La basura y la suciedad.
¿Acaso tenemos un vertedero en el centro del pueblo? Va, sabemos que no, pero si leéis la presentación del blog entenderéis porqué me planteo la pregunta de si los alcazareños somos guarros por naturaleza. Las bolsas de basura que estuvieron allí durante más de un día son buena muestra de ello.
Cualquiera que haya pasado por allí, estará de acuerdo conmigo en que no es el lugar más limpio. No hay ni una sola papelera y para más inri hay huecos que, supuestamente vigilados por cámaras, sirven de basurero y, lo que es peor, de urinario. Y no, no son los perros los que arrojan la basura ni mean estratégicamente. No, somos los humanos, como raza básica, muy básica, guarros, muy guarros.
Una sugerencia: ¿qué tal si pasara el servicio de limpieza por allí más de vez en cuando? Y haciendo un extra, ¿por qué no con agua a presión para eliminar la suciedad de esos rinconcitos tan sugerentes? Señores, semos de Alcázar, no maltraten este lugar; políticos nuestros, ustedes también son de Alcázar, demuestren que se preocupan por sus calles, aunque solo sea por la cercanía al centro.
